martes, 22 de diciembre de 2009

En una cueva de animales...

En una cueva de animales
en la ciudad del Rey David
el niño Dios se ha escondido
hay que ir a verlo reír…
No olvidemos lo más grande
que en el pesebre se encontró:
a un Dios naciendo de María
y a un hombre que es Hijo de Dios.

Es un niño como tantos,
el que de una Virgen hoy nació...
más no olvidemos su encargo:
para salvarnos el bajó.
Bajó del alto cielo,
del trono de su Padre Dios:
naciendo nos trajo alivio,
sonriendo nos dio su paz.

Jesús niño, el del Pesebre,
es el mismo que el de la Cruz.
Su nacer fue un adelanto
de la gracia, de la salud.
Pues la salud de nuestras almas
en un establo comenzó…
ahí el Niño Dios se esconde
y sonriendo nos da su luz.

Hoy Dios se ha escondido
en la debilidad de un Niño…
Que nuestra vida reciba alivio
y nuestro pecho su virtud.
Renovemos la esperanza,
¡Dios nos vino a salvar!
Abramos de par en par las puertas
¡con nosotros Dios está!


Autor: P. Javier Murador. 20/12/09

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