jueves, 5 de julio de 2007

algo fresco

Desperté con un pensamiento fijo: “Hoy tengo que parar un rato.” ¡Y claro! Con lo de anteayer… A lo mejor exagero un poco; no estoy tan seguro.
Anteayer anunciaba ser un día como todos. Me levanté a las seis y diez, prendí la radio para escuchar las noticias, puse a calentar el agua para prepararme un café y mientras tanto, repasé los temas que iba a dar en las clases de 2º y 4º año. ¡Ah! y 5º B, porque fue lunes, y los lunes tengo la mañana completa.
Tomé un café bien caliente, y enseguida salí a esperar el colectivo. Hacía mucho frío, y me envolví en la campera. ¡Cómo se demoraba! Era algo de no creer, como si uno viajara gratis encima. Bueno, este no es el lugar para sacarme las rabias, ya sé. Pero así empecé el día.
Por fin llegó el coche. Subí, pasé la tarjeta, y me fui al fondo. Parado, me sostuve con una mano, y puse la otra en el bolsillo. No sé muy bien, pero creo que dormité unos segundos. Sólo uno o dos, porque al momento escuchamos un ruido espantoso, y... “¡Nos bajamos todos!”- gritó el chofer. Nada más ésto me faltaba.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin Palabras! era justo el texto q necesitaba, estaba pensando en mandarte msj para charlar porq necesitaba un consejo y por algo el Señor me guio hasta tu blog!
de verdad Felicitaciones!
Igual desp hablamos!
Voy a dormir mucho mas tranquilo!

No te olvides q Rezo por vos Javier!