martes, 7 de julio de 2009

Misión, destino: el cielo... Por Agustín.

Queridos Chicos:

Sin poder dormir me puse a leer la reflexión que escribió Merce y el Evangelio del día de hoy, para el que no sepa cual es se lo dejo escrito mas abajo.
Y el comentario del Evangelio me gusto mucho, es de Santa Teresita (con la cual tengo mucha afinidad), les resalto con negrita lo mas importante a mi parecer y luego continuo…

Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897):
«Rogad al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies»

Un día en el que pensaba qué podía hacer yo para salvar almas, una frase del Evangelio me dio una viva luz. En otro tiempo Jesús dijo a sus discípulos enseñándoles los campos de trigo ya maduro: «Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega». (Jn 4,35), y un poco más adelante: «En verdad, la mies es abundante pero el número de trabajadores es pequeño; pedid pues al señor de la mies que le mande trabajadores». ¡Qué misterio! ¿Acaso Jesús no es todopoderoso? ¿Las criaturas no son de quien las ha hecho? Entonces ¿por qué Jesús dice: «pedid, pues, al señor de la mies que le mande trabajadores»? ¿Por qué? ¡Ah! Es que Jesús nos tiene un amor tan incomprensible que quiere que tomemos parte con Él en la salvación de las almas. No quiere hacer nada sin nosotros. El creador del universo espera la oración de una pobre y pequeñita alma para salvar a las demás almas rescatadas, como ella, al precio de toda su sangre. Nuestra vocación no es ir a segar en los campos de trigo maduro. Jesús no nos dice: «Bajad los ojos, mirad los campos e id a segarlos». Nuestra misión es todavía más sublime. Estas son las palabras de nuestro Jesús: «¡Levantad los ojos y mirad. Mirad cómo en mi cielo hay lugares vacíos, os toca a vosotras el llenarlos; vosotras sois mis Moisés orando sobre el monte (Ex 17,8s). Pedirme obreros y yo os los enviaré, no espero otra cosa que una plegaria, un suspiro de vuestro corazón!»

Es acá donde creo yo que esta una de las claves de nuestro apostolado, Jesús nos pide además de llevarle alegría a esas personitas lindas que lo necesitan, además de llevarles la leche, los juegos, las sonrisas, el oído para sus problemas, nuestros brazos para sostenerlos, y los ojos para llorar con y por ellos (como siempre lo hacemos).
Así como se lo pide a las Hermanas que rezan para que haya trabajadores. De la misma manera nos dice a nosotros…¡ Mirá, mirá el cielo cuantos espacios vacíos. Te puse en tu vida a tus hermanos para que los ayudes a ocupar ese lugar que los está esperando!!!
¿Ven chicos? A esto quiero llegar… a lo que llamamos la pobreza espiritual. No nos olvidemos nunca que también es responsabilidad nuestra llevar a las almas mas necesitadas al cielo.
No digo que no sea importante ayudar con las necesidades básicas para que una persona tenga una vida un poco mas digna. ESO ES IMPORTANTISIMO. Pero tampoco podemos olvidar nuestra Misión, sino de nada nos sirve el tiempo que damos los sábados.
Me estoy haciendo este compromiso nuevamente y nos tenemos que ayudar los unos a los otros y decirnos… ¡JUNTOS VAMOS A LLEVAR A NUESTROS HERMANOS AL CIELO! Y encomendarlos y encomendarnos en nuestras oraciones!!!
Vamos chicos los animo a que nos ayudemos entre nosotros y a nuestros gurises y familias con los que compartimos esas increíbles tardes.
EL CIELO ES PARA TODOS Y SERIA EGOISTA NO DECIRLE AL OTRO QUE EXISTE!
Y no nos olvidemos y ayudemos a que el otro no se olvide de esta Misión!



Mateo 9,32-38.
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba
endemoniado.
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada,
comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel".
Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe
de los demonios".
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las
sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las
enfermedades y dolencias.
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos,
como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los
trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha."

Agustín.

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